¿Tienes más de seis dioptrías de miopía? Si es así no olvides visitar a tu oftalmólogo durante el embarazo y después del periodo de gestación. Y sobre todo presta especial atención a las observaciones que te hagan sobre el momento del parto.

La mayoría de los especialistas coinciden en que cuando la miopía es alta existe el riesgo de que se desprenda la retina con las contracciones del parto.

La práctica nos dice que si el médico comprueba que el ojo de la mamá miope está en buen estado al final de la gestación se puede intentar un parto vaginal, aunque eso sí, lo más probable sea que se utilice alguna ayuda como fórceps o ventosa para minimizar los daños oculares.

Si por el contrario el oftalmólogo observara que la retina está dañada puede ocurrir que se rompa la membrana periférica y la retina se desprenda o se produzca una hemorragia ocular a causa de los esfuerzos del parto vaginal.

En estos casos se puede proceder de dos formas: practicar una cesárea o antes del parto sellar con láser el desgarro de la retina si se aprecia claramente.

La prueba para determinar el estado de la retina es rápida y segura. Se trata de una exploración del fondo de ojo que consiste en dilatar la pupila con unas gotas oftálmicas. De esta forma los especialistas buscan cambios vasculares de presión en el fondo de ojo al tiempo que estudian la periferia retiniana para comprobar si existe una lesión o desgarro o alguna zona que presente anomalías.

Sea cual sea la forma en la que finalmente tu niño vea la luz, no olvides visitar a tu oftalmólogo en los primeros días después del parto para comprobar el estado de la retina.

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