
Durante el verano es necesario tomar más precauciones en general, ya que es cuando los niños serán más sensibles a según qué exposiciones, especialmente en lo que refiere a la salud ocular.
El sentido de la visión se desarrolla desde el nacimiento hasta que el niño cumple 8 años, de ahí la vital importancia de cuidar especialmente sus ojos, teniendo en cuenta que hasta los 3 años la agudeza visual del pequeño es de un 50% y sobre los 5 años ya alcanza la totalidad de su visión.
Para extremar la protección de los bebés, lo más recomendable es que el pequeño use gafas de sol y de piscina homologadas y evite una exposición prolongada a aparatos de aire acondicionado.
De este modo, en caso que el pequeño tenga contacto con el agua de la piscina o del mar se deberá utilizar lágrimas artificiales contra la sequedad ocular, las cuales también serán útiles si el niño pasa muchas horas ante la televisión, el ordenador o jugando a video juegos, algo bastante común en época de vacaciones.
Visitar al oftalmólogo Sin duda la mejor manera de proteger al niño y mantener un cuidado de su visión es acudir al especialista en cuanto se empiecen a notar los primeros síntomas de algún tipo de anomalía, como alergias. Además, ten un cuidado especial con el niño si notas que tiene los ojos irritados o enrojecidos sin haber acudido a la piscina.
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