Tenemos que conocer nuestro tipo de cabello y conocer el estado del mismo (cabello castigado, teñido, seco o graso, caspa, etc.).

Humedecer bien el cabello con agua tibia.

Aplicar el champú con unos masajes suaves y la ayuda de las yemas de los dedos.

Aclararlo, dejando que el agua corra a través del pelo. Darse el último aclarado con agua fría.

Retirar el exceso de agua con una toalla o aplicando presión con los manos pero sin retorcer, ni frotar enérgicamente el cabello.

Extender el acondicionador (o la mascarilla) por todos los mechones, desde las puntas hacia arriba, sólo hasta donde se necesite. Dejar actuar lo que diga el producto.

Volver a aclarar el cabello.
Lo ideal, para no castigarlo, es dejar que el cabello se seque al aire libre.
Si utilizas el secador, procurar no centrar todo el calor en un punto concreto.

Para que esté muy hidratado y brillante, tu pelo necesita usar todo el año champúes y cremas de enjuague, indicados para tu tipo de pelo.

Un buen corte de pelo frecuente, ayuda a mantenerlo sano y más fácil de peinar.

Si utilizas tinte, debes tener en cuenta que éstos resecan el pelo, por lo tanto es imprescindible una buena hidratación.

Mucho cuidado con el calor excesivo de secadores, planchas y alisadores pueden dañar el pelo, cuando tu pelo esté expuesto al viento o a la nieve usa cremas sin enjuague para protegerlos. Para los rayos solares es necesario el uso de champúes y cremas de enjuague específicos.

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