
Inclusive hay algunas características que nos hacen más propensas a sufrirlo ya que también es muy común en la mujer, a continuación lo detallamos:
- Las personas entre los 30 y 40 años.
- Aquellos cuya condición física no se encuentra en óptimas condiciones.
- Personas sedentarias.
- La gente que consume alimentos altos en grasas.
- Aquellos que sufren artritis o cálculos renales.
- Las embarazadas.
- Personas cuyos trabajos requieren de gran esfuerzo físico.
¿Cómo tratamos este problema? Existen varias formas, desde métodos quirúrgicos hasta terapias basadas en ejercicio. En cuanto a esta última, algunos ejercicios que nos ayudan son, por ejemplo, los de estiramiento. Podemos realizar movimientos suaves que estire los músculos, ligamentos y tendones, es lo que conocemos como elongación.
También están los ejercicios de fortalecimiento, que nos ayudan a disminuir la presión ejercida en los músculos de la columna y por ende reducen el dolor.
Los ejercicios de estabilización dinámica lumbar, realizados por un terapeuta y los ejercicios aeróbicos de baja intensidad, los cuales deben practicarse de forma constante para que sean efectivos, entre estos destacamos:
- Salir a caminar.
- Usar la bicicleta estática.
- Realizar ejercicios en el agua.
Tener esto en cuenta te ayudará a combatir este problema tan común en la mujer.
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