El romero ya era todo un símbolo de belleza en la antigua Grecia. Este arbusto, al parecer originario de Asia Menor, ha sido utilizado a lo largo de la Historia en infinidad de fórmulas para mejorar el estado físico y estético de diferentes pueblos. También se emplea con fines culinarios.

Se trata de un arbusto que se ve con frecuencia en el campo y que resulta muy fácil de conseguir en cualquier
vivero, si es que decides tenerlo en tu propio huerto o jardín. Por su fácil cultivo, es muy recomendable para principiantes en la jardinería. Resulta muy vistoso como planta ornamental, y se le incluye en el proyecto de muchos jardines.

Florece desde la primavera hasta el otoño, y se le puede sacar un gran partido a su recolección. Sirve para hacer desde una infusión para el desayuno o la hora del té hasta para fabricar un dentífrico casero, pasando por un tónico capilar para dar brillo al cabello y eliminar la caspa, o por un tónico facial. Desde luego, si tienes un poquito de terreno te aconsejo que lo plantes para así tenerlo siempre a mano.

Ésta es una receta con la que se obtienen muy buenos resultados, deja la piel confortable y fresca para todo el día.

Pon 100 ml de agua a hervir. En el momento de la ebullición, añade cuatro cucharaditas tamaño café de hojas
de romero secas. Apaga acto seguido el fuego y deja reposar la mezcla tapada durante diez minutos. Cuando esté frío, añade 20 ml de alcohol de 90º, diez gotas de extracto de hamamelis y cinco gotas de esencia de limón. Envasa el resultado, a ser posible en una botella de vidrio con vaporizador. La mezcla puede durar un mes tranquilamente.

El romero es un gran desinfectante, además de favorecer el riego sanguíneo; el hamamelis es calmante y el limón astringente, purificante y desinfectante: una mezcla capaz de ahuyentar los malos olores durante largas horas.
Obviamente, la aplicación ha de realizarse sobre una piel perfectamente limpia.

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