Nuestra forma de vida, la contaminación medioambiental, la falta de sueño y de descanso, el estrés, los cambios bruscos de temperatura, el consumo de tabaco y alcohol y el abuso de exposiciones solares nos empujan hacia una falta de oxigenación y hacia una alteración del equilibrio metabolico que, como consecuencia, conlleva a que el envejecimiento prematuro de la piel se acelere y a que, paulatinamente, la piel se vaya volviendo más apagada, frágil, arrugada y con falta de luminosidad y tonicidad.
Por otro lado, la producción de colágeno y elastina natural se va ralentizando con el paso del tiempo, y los nefastos efectos aparecen en nuestra vida: ¡las temidas arrugas! La pérdida de equilibrio en el grado de humedad da un aspecto seco, áspero y poco saludable a nuestra piel.
Utilizar una buena crema hidratante, con la capacidad necesaria para retener las moléculas de agua y además formar una película protectora invisible capaz de evitar la evaporación de ésta con el contacto del aire, proporciona una mejora inmediata del estado de la piel.
Por otro lado, la producción de colágeno y elastina natural se va ralentizando con el paso del tiempo, y los nefastos efectos aparecen en nuestra vida: ¡las temidas arrugas! La pérdida de equilibrio en el grado de humedad da un aspecto seco, áspero y poco saludable a nuestra piel.
Utilizar una buena crema hidratante, con la capacidad necesaria para retener las moléculas de agua y además formar una película protectora invisible capaz de evitar la evaporación de ésta con el contacto del aire, proporciona una mejora inmediata del estado de la piel.
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