Como ya habrás visto, son muchas las fórmulas que llevan este ingrediente, y es que sus beneficios son conocidos desde hace infinidad de años. Su aceite de gran valor medicinal y cosmético y de alto contenido en vitamina E y en ácidos grasos insaturados, hace que su presencia sea imprescindible entre nuestros productos de belleza. Contiene vitamina A, por lo que es un eficaz enemigo de las infecciones de la piel, y vitaminas D, E, F y K, que estimulan el tejido cutáneo y aceleran el proceso de regeneración.

Pon en un recipiente resistente al calor los siguientes ingredientes: 50 cc de lanolina líquida, una cucharada sopera de miel fluida, quince gotas de glicerina, treinta gotas de aceite de germen de trigo y una cucharadita tamaño de café de lecitina en polvo. Caliéntalo al baño María. Cuando todos estos componentes estén completamente fundidos y entremezclados, agrega poco a poco dos cucharadas soperas de agua mineral. Si te resulta más cómodo, puedes echar mano de nuestra amiga la batidora eléctrica, terminarás mucho antes y te resultará más fácil.

Esta fórmula puede aplicarse a todo tipo de pieles, excepto en las muy grasas. Favorece la reparación y la protección de la epidermis a la vez que la suaviza.

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