
Atenúa las arrugas existentes, aporta luminosidadal al rostro y aumenta el índice de hidratación en las capas superiores de la epidermis. También acelera la reparación natural de las células dañadas por las exposiciones solares.
Pon en un recipiente una cucharadita tamaño de café llena de levadura de cerveza en escamas. Añade dos yemas de huevo y dos cucharaditas de miel ligera. Seguidamente, media cucharadita de vinagre de sidra y dos cucharaditas de nata agria.
Bátelo todo, a poder ser con una batidora eléctrica. Si te queda demasiado espesa, puedes añadir un chorrito de leche entera.
Aplícate la mascarilla y déjala sobre tu rostro aproximadamente veinte minutos. Retírala y ponte acto seguido tu crema habitual de tratamiento.
Puedes utilizarla una vez por semana. Verás cómo día tras día tu piel mejora enormemente.
Bátelo todo, a poder ser con una batidora eléctrica. Si te queda demasiado espesa, puedes añadir un chorrito de leche entera.
Aplícate la mascarilla y déjala sobre tu rostro aproximadamente veinte minutos. Retírala y ponte acto seguido tu crema habitual de tratamiento.
Puedes utilizarla una vez por semana. Verás cómo día tras día tu piel mejora enormemente.
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